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Legionella y agua caliente:guía que casi nadie te da

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    AI
  • hace 1 día
  • 8 Min. de lectura

Legionella y sistemas de calentamiento de agua

En Latinoamérica, cuando hablamos de agua caliente sanitaria (para bañarse, lavarse las manos, duchas en hoteles, etc.), casi siempre pensamos en:


  • ¿Cuánto gas consume el sistema?

  • ¿El agua sale caliente rápido?

  • ¿La marca es buena?



Pero casi nadie pregunta algo clave:

“¿Este sistema ayuda a controlar la Legionella?”

La Legionella es una bacteria que puede vivir en los sistemas de agua de edificios y causar una neumonía grave llamada enfermedad del legionario (Legionnaires’ disease). Organismos como la OMS y agencias de salud de varios países la consideran un riesgo real en redes de agua caliente de hoteles, hospitales, spas y viviendas.


La buena noticia: No necesitas tecnología exótica ni inversiones imposibles. La Legionella se controla, sobre todo, con temperatura adecuada y evitando el agua estancada.


¿Qué es la Legionella y dónde aparece?


La Legionella (a veces escrita “legionela”) es una bacteria que vive en el agua. En la naturaleza suele estar dispersa y no pasa nada; el problema es cuando encuentra en una instalación estas tres condiciones:

  1. Temperatura tibia

  2. Agua poco movida o estancada

  3. Sarro, biofilm u óxido donde esconderse


La OMS resume muy claro el tema de temperatura: la Legionella vive y crece entre 20 y 50 °C, con una temperatura óptima alrededor de 35 °C.


La infección grave se llama Legionnaires’ disease, y afecta sobre todo a:

  • Personas mayores

  • Fumadores

  • Personas con defensas bajas o enfermedades crónicas


Y un punto clave que casi nadie explica:

No te enfermas por beber el agua, sino por respirar microgotas (aerosoles) de agua contaminada: duchas, rociadores, nebulizadores, fuentes que hacen niebla, etc.

Temperatura + estancamiento: la fórmula de riesgo


Podemos simplificar la Legionella en dos ideas:

Temperatura inadecuada + agua quieta = riesgo alto


Estudios y guías técnicas coinciden en algo así:

  • Menos de 20 °C La bacteria queda prácticamente inactiva.

  • Entre 20 y 45–50 °CEs la zona de crecimiento. Entre 35 y 45 °C es donde mejor se multiplica.

  • Por encima de 50 °C El crecimiento se frena y por encima de 60 °C la bacteria ya no sobrevive mucho tiempo.

    NCBI y PMC


Por eso no basta con calentar el agua “un poco”.Si el sistema trabaja “cómodo” para los usuarios pero se mantiene dentro del rango de 25–45 °C, estás justo en la zona que más le gusta a la Legionella.


Aquí entra el segundo factor: el movimiento.


Siempre se ha dicho —con razón— que:

Cuando el agua se mueve de forma constante, el riesgo de Legionella baja; cuando el agua se queda estancada en ese rango de temperatura, el riesgo sube.

Y de ahí la importancia de los sistemas con recirculación y de eliminar tramos donde el agua se queda “dormida”.


Cómo son, en realidad, los sistemas de agua caliente en Latinoamérica


En Latinoamérica, la mayoría de las instalaciones de agua caliente sanitaria funcionan con tanques de almacenamiento, alimentados por calderas, quemadores o intercambiadores.Algunas cuentan con recirculación para que el agua salga caliente al instante, y usan válvulas mezcladoras en la salida del tanque, no en cada regadera.


En resumen, el tanque sigue siendo el sistema más común, aunque cada vez se incorporan más soluciones instantáneas y diseños que reducen el agua estancada, también por temas de Legionella.


Sistemas sin recirculación

Son frecuentes en casas y pequeños negocios.El agua se enfría en las tuberías cuando no hay uso y puede permanecer quieta durante horas. Si se mantuviera demasiado caliente para evitar ese riesgo, también aumentaría la posibilidad de quemaduras al abrir una llave de golpe.


Por eso, estos sistemas suelen apoyarse en tanques calientes, líneas cortas y buenos hábitos de uso, como dejar correr el agua tras varios días sin ocupar la instalación.


Sistemas con recirculación

En hoteles, clínicas o gimnasios, la recirculación mantiene el agua caliente en movimiento y evita el estancamiento, además de ofrecer agua inmediata en las regaderas.Así se reduce el tiempo que el agua pasa en la franja de 25–45 °C y se logra una temperatura más alta y estable, menos favorable para la Legionella.


¿A cuántos grados nos gusta bañarnos de verdad?


Aquí viene el punto interesante para el usuario final.


Estudios sobre hidroterapia y confort muestran que:

  • 37–38 °C se siente como agua tibia muy agradable (cercana a la temperatura del cuerpo).

  • Entre 39 y 41 °C mucha gente percibe una ducha “tipo spa”: caliente, relajante, pero que ya se siente fuerte.

  • Alrededor de 42 °C muchas personas empiezan a ponerse rojas; no es una quemadura inmediata, pero sí una sensación de calor muy intensa, y en piel sensible puede ser demasiado.


La mayoría de las personas se bañan cómodamente entre 36 y 40 °C. Entre 39 y 41 °C ya entras en ducha “tipo spa”. Por arriba de 42 °C, más de uno sale “color langosta” y empieza el riesgo de incomodidad e incluso de quemaduras en piel sensible.

Es decir:La temperatura de baño que nos gusta está justo en la zona en la que la Legionella se siente como en casa.


Por eso los sistemas de tanque trabajan con una lógica distinta: internamente más calientes, y luego mezclan para entregar una temperatura cómoda.


¿A cuánto deben trabajar los tanques y los sistemas?


Guías como las de la OMS y la autoridad británica HSE recomiendan, cuando se usa la temperatura como control principal de Legionella:

  • Mantener el agua caliente almacenada por encima de 55 °C

  • En la práctica, la mayoría de las buenas instalaciones la llevan a alrededor de 60 °C o un poco más en el tanque


¿Por qué?

  • Por encima de 55–60 °C, la Legionella deja de multiplicarse y muere mucho más rápido.

  • Si bajas demasiado esa temperatura para “no gastar gas” o “porque el agua sale muy caliente”, entras otra vez en la franja de crecimiento de la bacteria.


Luego entra en juego la mezcla:

  • El tanque trabaja a ≈ 60 °C.

  • Una válvula mezcladora a la salida del tanque baja la temperatura general de envío a algo más razonable (por ejemplo, alrededor de 45 °C).

  • Después, cada usuario puede ajustar con más fría en la regadera hasta encontrar sus 36–40 °C preferidos.


En tuberías sin recirculación, si quisieras mantener todo muy por encima de 50 °C hasta el punto de consumo, podrías reducir el riesgo de Legionella… pero aumentarías el riesgo de quemadura si alguien abre la llave de golpe. Por eso, en la práctica real:


Lo más sano es guardar caliente (≈60 °C), mezclar bien a la salida del tanque y usar recirculación donde el proyecto lo justifica.

Choques térmicos: desinfección sencilla y efectiva


Además de operar a buena temperatura, muchas instalaciones aplican lo que se conoce como choque térmico o desinfección térmica.


Consiste en subir temporalmente la temperatura del sistema a unos 70 °C o un poco más, de forma controlada y segura, para eliminar posibles colonias de Legionella.

Se hace de manera ocasional (por ejemplo, cada semana o cada mes) y en horarios de baja ocupación, dejando circular el agua caliente por todas las líneas principales y abriendo algunos puntos clave durante unos minutos.


No es un proceso complejo: simplemente un refuerzo térmico periódico que ayuda a mantener el sistema limpio y bajo control.


Simplemente, subir a 70 °C o un poco más, de forma segura y programada, ya es una buena práctica para “resetear” el sistema.

Otros métodos: más allá de la temperatura


Hay casos donde no puedes controlar la Legionella a base de temperatura, por ejemplo:

  • Fuentes decorativas

  • Cascadas ornamentales

  • Sistemas que atomizan agua ambiente


En estos sistemas el agua suele estar en el rango perfecto de crecimiento y, además, se atomiza constantemente.

Por eso suelen usarse métodos como:

  • Biocidas químicos (cloro, dióxido de cloro, etc.)

  • Sistemas UV

  • Otras tecnologías eléctricas o de ionización


Las fuentes y sistemas decorativos se consideran en muchas guías como una de las fuentes más críticas por la combinación de:

  • Temperaturas en el rango de 20–50 °C

  • Mucha generación de aerosoles

  • Y a veces poco mantenimiento.


¿Y los jacuzzis?

  • En teoría tienen cloro y recirculación, lo que ayuda a controlar el riesgo.

  • Pero si el sistema no se mantiene bien (químicos mal dosificados, filtros sucios, recirculación deficiente), también pueden convertirse en un problema.


El cuidado de jacuzzis y spas no es algo menor. Aunque tengan recirculación, dependen totalmente de una buena operación química y de mantenimiento.

Tanques vs sistemas instantáneos y el tema Legionella


Hoy por hoy, en Latinoamérica:

  • Los tanques de almacenamiento siguen siendo el estándar en muchas aplicaciones.

  • Pero se ve una tendencia creciente hacia sistemas instantáneos o soluciones híbridas.


Desde el punto de vista de Legionella:

  • El tanque tiene un gran volumen de agua almacenada, y si no se maneja bien la temperatura y el movimiento, puede convertirse en un lugar ideal para que la bacteria se multiplique.

  • Los sistemas instantáneos, al tener menos agua en reposo, reducen el riesgo de estancamiento y pueden ser una respuesta interesante cuando se diseñan bien.


Los tanques han sido el caballito de batalla tradicional, pero la combinación de eficiencia energética + menos agua almacenada + menor riesgo de estancamiento está empujando cada vez más hacia soluciones instantáneas bien diseñadas.

Y siempre con el mismo principio:

  • Buena temperatura

  • Agua en movimiento

  • Mantenimiento coherente



Checklist sencillo para revisar tu sistema


in meternos en normas complicadas, aquí tienes un checklist fácil:

  1. Temperatura del tanque

    • ¿Estás almacenando por encima de 55 °C y, de preferencia, alrededor de 60 °C?

  2. Mezcla a la salida del tanque

    • ¿Tienes una válvula mezcladora bien ajustada para no enviar todo el sistema a temperaturas de quemadura, pero tampoco dejarlo demasiado frío?

  3. Recirculación (si aplica)

    • En hoteles, edificios o gimnasios… ¿hay una recirculación bien pensada para que el agua no se quede horas quieta en las líneas principales?

  4. Choques térmicos ocasionales

    • ¿Te has planteado, con tu proveedor o responsable de mantenimiento, subir a ~70 °C de vez en cuando de forma segura para hacer una desinfección térmica del sistema?

  5. Zonas poco usadas

    • ¿Se purgan o se abren de vez en cuando las salidas que casi nunca se usan, para que el agua no pase semanas estancada?

  6. Fuentes y sistemas decorativos

    • Si tienes fuentes o sistemas que hacen aerosoles, ¿cuentas con un plan mínimo de tratamiento químico y mantenimiento?


Si varias respuestas son “no sé” o “eso nunca lo hemos revisado”, ahí hay una oportunidad importante de mejora… y de reducir riesgos.


(IA, comunicación, 2025).


Preguntas frecuentes (FAQ) sobre Legionella y agua caliente


¿Me puedo enfermar de Legionella por tomar agua de la llave?

En la mayoría de los casos, no. El problema principal no es beber el agua, sino respirar microgotas (aerosoles) de agua contaminada, por ejemplo en duchas, nebulizadores o fuentes. Organización Mundial de la Salud


¿Qué pasa en una casa normal sin recirculación?

En casas típicas sin recirculación:

  • Es importante que el tanque no esté muy frío (llevarlo hacia 60 °C ayuda).

  • Si la casa estuvo vacía varios días, conviene dejar correr el agua caliente unos minutos antes de usar la regadera.

  • Y mantener regaderas y filtros limpios de sarro.


¿A partir de qué temperatura el agua puede quemar?

Guías de salud señalan que el riesgo de escaldadura aumenta claramente por encima de 44 °C, sobre todo en personas vulnerables. Por eso se recomiendan mezcladoras termostáticas y limitar la temperatura de salida de regaderas y bañeras, aunque el sistema interno trabaje más caliente para controlar la Legionella.


¿Sólo los hospitales y hoteles deben preocuparse por la Legionella?

No. Ellos tienen más responsabilidad porque concentran personas vulnerables, pero cualquier sistema con tanques, largos periodos de estancamiento y temperaturas tibias puede convertirse en un problema si se ignoran las buenas prácticas.


Conclusión


La Legionella no es un tema para entrar en pánico, pero tampoco algo que podamos seguir ignorando.


Con tres ideas sencillas puedes reducir drásticamente el riesgo:

  1. Mantener tanques alrededor de 60 °C (no por debajo de 55 °C).

  2. Evitar agua estancada, usando recirculación y purgas cuando aplica.

  3. Aplicar choques térmicos ocasionales y un mantenimiento básico y constante.


Cuando pienses en tu próximo sistema de agua caliente —para tu casa, hotel, clínica, rastro, granja o planta— no lo veas sólo como “un calentador más”, sino como un sistema que:

  • Proporciona confort

  • Es eficiente energéticamente

  • Y ayuda a proteger la salud de las personas reduciendo el riesgo de Legionella


Si deseas revisar tu instalación actual o diseñar un sistema nuevo con enfoque en temperatura, recirculación y seguridad bacteriológica, podemos ayudarte a plantear soluciones de agua caliente:


Seguras, eficientes y “Legionella-inteligentes”.

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